-Me falta la inspiraciòn... no
sé màs que rapresentar!
Delante de él pasan tres
chicas, que, segùn lo que podìa oìr, parecen querer ir a las termas que estàn
cerca de allì.
Entonces Picasso se dice:
-A las termas... es una buena
idea, quizàs es por este frìo qué mi inspiraciòn se ha congelado: serìa bueno
descongelarla en el calor del agua termal!
Asì Picasso se va a las
termas, pero en la bañera de los hombres hay sòlo otras dos personas, que además se
van pronto.
Quedado sòlo, Picasso puede
oìr lo que dicen las chicas que habìa encontrado delante de su casa de
vacanciones y qué ahora son inmersas en la bañera de la mujeres.
Las tres chicas parecen hablar
tranquilamente, cuando, a un cierto punto, empiezan a gritar.
Picasso es preocupado y quiere
ayudar a las chicas, pero no sabe como.
Con el pincel y la paleta que
habìa llevado en una maletita asperando la inspiraciòn, pinta su ropa para hacer
que parece aquella de un agente de seguridad.
Entonces Picasso va donde están
las chicas y las ve aterrorizadas.
Las tres mujeres dicen al
pintor que algunos indigenas las habìan asustado.
Picasso va al bordoede la
bañera y ve dos màscaras aborigenas aparecer del vapor creado por el calor.
Las toma y del agua salen otras dos chicas.
Las mujeres asustadas se
tranquilizan y dicen:
-Amigas! Porqué estàis aquì?
Que habiais hecho? No estabàis en el Carnaval de Rio de Janiero?
Y las otras chicas responden:
-Hemos acabado de volver.
Cuando os hemos visto, hemos querido haceros una
borma!
Picasso estaba delante de
cinco chicas desnudas: otro hombre se avergonzaba, però el no. Esta es la
inspiraciòn!
Asì Picasso dice a las cinco
chicas:
-Ah, si, una broma! Es todo de
ver! Permanecen firmes: porqué no tengo la càmara, para el identikit tengo que
hacer a vosotras un retrato!
Pero, como todo el mundo sabe,
terminado el retrato, esto no ha ido a la polocìa, sino, poco tiempo después, al Metropolitan Museum de Nueva York.
Davide G., Mattia, Ale G.
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